Para realizar esta excursión de la Escuela de Montaña salimos a las 09h de la estación de autobuses de Miranda de Ebro hasta Relloso, en el Valle de Losa.   Muchos de los niños y niñas vienen con sus cámara de fotos para así poder participar en el rallyfotográfico que realiza el Club Mirandés de Montaña   Nuestro primer destino es el túnel de La Complacera por lo que nos dirigimos por una pista que sale al norte del pueblo en dirección a la barrera montañosa que separa el Valle de Losa del valle más septentrional de la provincia de Burgos, que es el Valle de Mena.

 El día es un poco desapacible por el viento, pero la excursión se mueve a buen ritmo; los niños no paran de hacer fotos a vacas, paisajes, árboles,....después de llevar una hora caminando paramos a almorzar en un pinar calentándonos levemente el sol; Una vez en la boca del túnel, de 66m de largo hecho a mano en la roca, explicamos la función que tuvo a finales del S IXX y principios del XX y que no fue otra que transportar el carbón que se hacía en los montes del Valle de Losa al Valle de Mena para desde la estación de Mercadillo, inaugurada con la realización del ferrocarril de La Robla- Bilbao, suministrar dicho carbón para la incipiente industria siderúrgica que se estaba creando en Vizcaya. Pasamos el túnel y vemos la distinta vegetación que hay a un lado (norte) y a otro (sur), distinguimos la bajada al valle de Mena, por el camino del cuatro por la forma que tiene.  Una vez de nuevo en la pista cogemos un caminito que sale a la derecha y que a media altura nos lleva, con magnificas vistas al valle de Relloso, al collado desde el que se accede al monte La Inmunia. Desde este collado volvemos a tener hermosas vistas al Valle de Mena y montes del entorno como el Castrogrande y el Tres Dedos, de bonita estampa.   Ya solo nos queda bajar a Relloso, que nos lleva una hora aproximadamente. Antes de volver a Miranda nos dirigimos a la entrada del pueblo para visitar La Cueva del Agua, nacimiento del río Jerea. Aprovechamos para hacer una foto de grupo y despedirnos hasta una nueva excursión.